El Diamante de la
Sabiduria Perfecta

Internet como arma de destrucción masiva, como un virus que
propaga un delirio de guerra! (1)

¡Los “teoricos de la conspiracion” no tardaron en ver cómo el maravilloso sueño de Internet (desde el principio, una historia increíble, por decir lo menos) que supuestamente iba a propagar por doquier “El Saber Para Todos” (según sus promotores, interesados prioritariamente en el bienestar de la humanidad, ¡por supuesto!) se transformaba en una pesadilla despierta de lo más siniestra! (2)

Se juzga un árbol por sus frutos…

Menos de cinco años bastaron para que una pobre caricatura de gripe española y una intervención militar especial retransmitidas a escala mundial por Internet (en 2D, haciendo así perder de vista a las “masas” el sentido de la verdadera profundidad, que es espiritual) alienaran hasta el extremo, volvieran apática, pervirtieran a poblaciones que han llegado a un punto de desmoralización tal que pueden asistir (mirar sin pensar ni reaccionar, e incluso sentir una especie de excitación mortífera) a un genocidio (¡en Tierra Santa!) retransmitido en directo en su teléfono móvil, revelando así un estado de “espíritu” decadente, degradado, pervertido, tal vez peor que el de los espectadores de los juegos del circo en la Antigüedad.

Sin detenernos en la reacción de Agustín, en vías de convertirse en santo, que se contenía de asistir a los juegos del circo aferrándose a una barandilla para preservar el carácter sagrado de su humanidad, ¿dónde vemos hoy en día una reacción que apunte a preservar el carácter sagrado de la humanidad dentro de las poblaciones occidentales o fuertemente occidentalizadas?

Sea lo que sea que uno piense sobre el hecho de salir a la calle para hacerse oír — lo que hicieron siempre y en todos los países sabios, santos, predicadores, que preferían las plazas de mercado para expresarse—, en los años setenta, durante manifestaciones gigantescas, multitudes se unieron contra la guerra en Vietnam.