Ante la aparente falta de coherencia mostrada por los líderes oficiales del ecologismo,
al incentivar ante todo la investigació n tecnoló gica que constituye la punta de lanza de
una modernidad devastadora (3) (como las tecnologías de la comunicació n digital con
las que está n íntimamente ligadas), habiendo algunos legítimamente formulado
advertencias serias contra este presupuesto ideoló gico problemá tico durante mucho
tiempo, uno podría esperar que estos líderes finalmente decidieran tomarlo en
cuenta, que finalmente consideraran la posibilidad de una alternativa: có mo líderes
ambientales serios lo encontrarían inú til, absurdo, humillante, considerar, entre otros
ejemplos (entre otros representantes de sociedades tradicionales socavadas por el
occidente moderno), la forma de vida espiritualizada que era, hace siglo y medio, la de
aquellos amerindios que tuvieron la inteligencia y el coraje de resistir en sus tierras a
la "política” profanadora de la frenética occidentalizació n extrema global que
conocemos*, de los indios que respetaban la naturaleza de tal manera que les revelaba
a sus ojos las cualidades trascendentes de la naturaleza? ¿Porque quién, hoy en día, se
atrevería todavía a afirmar que lo mejor hay que buscarlo necesariamente en el
futuro?
En consecuencia, en el marco de la elecció n de una Vía (porque de eso se trata
bá sicamente) perfectamente adaptada a la reespiritualizació n de la sociedad
occidental globalizada contemporá nea que roza el paroxismo de la decadencia, la
elecció n de una Vía real y verdaderamente adaptada a las realizació n espiritual de
poblaciones incapaces de prá ctica espiritual, entre el Hesicasmo ortodoxo y la
invocació n del Nombre de Jesú s, el esoterismo islá mico y Dikr, o la Verdadera Escuela
de la Tierra Pura (jap Jô do- Shinshû ) del Budismo y Nembutsu, es innegablemente la
Verdadera Escuela de la Tierra Pura que se impone: por su soltura; esto dicho sin
malicia ni servilismo, viendo escrupulosamente las cosas como son; con el profundo
respeto debido a todos los Caminos auténticos de realizació n espiritual universal.
Pero, tanto va el cá ntaro al agua... ¿No es este el "proyecto" en el que se inscriben
muchos líderes occidentales u occidententalizados actuales (4), muy mal adaptados
culturalmente y a los que la rudeza de su psiquis los vuelve incapaces de trascender
los límites espirituales (5) formando tesis apocalípticas multimilenarias, tesis
perniciosas capaces de revelarse finalmente como mortales?
En este punto, probablemente valga la pena señ alar que en Occidente, en particular en
los países de habla francesa, la obra de Rêne Guénon, uno de los primeros
intelectuales que dio a conocer la metafísica oriental en Occidente, es conocida por
muchas personas cultas, que son generalmente propensos a permanecer discretos
sobre este tema. Sin embargo, este autor es desconocido para el gran pú blico, lo que
no es de extrañ ar dada la sustancia de su obra: basta leer "El Reino de la Cantidad y
los Signos de los Tiempos" para entender el porqué...
Pero, ¿no está todo hecho en realidad para que tales tesis y advertencias no se
propaguen? Hay que ser muy ingenuo para no advertir que, en el ambiente
desespiritualizado y desacralizado de la sociedad occidental globalizada
contemporá nea, y particularmente en Francia, cuyo régimen político religioso laico es
tirá nico, la censura afecta a cualquiera que busque y sostenga un discurso